Uno de los momentos más esperados por los padres es ver a sus hijos graduarse como profesionista; de hecho la mayoría de los padres sueña con pagar la carrera universitaria de los hijos y darles así una herramienta para atender las demandas de un mundo cada vez más competitivo.
Al salir de la universidad, muchos egresados deciden estudiar maestrías o especializaciones, otros arrancan su carrera laboral, otros crean su propio negocio y algunos más se casan. Sin embargo al terminar la carrera todos tiene algo en común, la expectativa de lo que seguirá adelante.Al salir de la universidad, las responsabilidades de los padres prácticamente terminan, los seguros de gobierno dejan de cubrir a los jóvenes en edad ya de trabajar y el panorama se muestra un tanto confuso para los graduandos.
Muchas personas en edad adulta, opinan que hubieran aprovechado mejores oportunidades en su época de recién egresados, o hubieran diseñado alguna estrategia de ahorro para enfrentar de una manera óptima las responsabilidades que les generan tener hijos, o acercarse a su edad de retiro. Pero juventud lamentablemente implica falta de interés por la planeación.
El tiempo pasado no regresa, pero prever a futuro es una forma de garantizar estabilidad económica en los momentos de crisis. Es por esto que no existe un tiempo futuro para consultar a un asesor o desarrollar una estrategia de largo plazo para garantizar fondos de ahorro. El momento es ahora, ahora que somos jóvenes, ahora que tenemos excelentes oportunidades de trabajo, ahora cuando aún no llegan las cargas financieras de tener una familia.
El tiempo pasa rápidamente, y resulta perturbador ver como muchas personas miran atrás lamentando el no haber empezado temprano una estrategia financiera de largo plazo. Es por esto que vale la pena desde los inicios empezar a preguntarnos ¿cuál es la estrategia para garantizar un mejor mañana? Y sobretodo dar el primer paso, pues Juventud no es un estado permanente y el tiempo pasa demasiado rápido.
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