martes, 7 de septiembre de 2010

Para no ahogarse en deudas

Articulo recomendado por el Ingeniero Julio Cesar Lozano


La semana pasada, leí una nota en el periódico Reforma que por un lado, me estrujó el corazón, y por otro me hizo pensar ¿quién hace eso??? Las inundaciones en nuestra Ciudad de México y en otros puntos de la República son realmente devastadoras para muchas familias (lo cual, por cierto me hace recordar, que los seres humanos estamos medio locos. Decidimos hacer de una laguna nuestra capital y claro, tiene cierta “tendencia” a inundarse, pero aquí seguimos). La nota hablaba de Sonia Martínez, una residente de la delegación Iztapalapa cuya casa se inudó de aguas negras en febrero pasado.

La solución que Sonia encontró para recuperar sus muebles fue ¡dar un tarjetazo de $60,000! Aquí es cuando nuestras decisiones se vuelven clave en el presente y futuro de nuestras finanzas.

No me lo tomen a mal, no es que sea yo insensible a los problemas de los damnificados, pero, en serio ¿quién gasta de golpe $60,000 a través de una tarjeta de crédito para amueblar??

Siendo sinceros, lo que necesitamos para sobrevivir mientras pasa el caos que cualquier desastre natural puede acarrearnos es: Una cama, un refrigerador y una estufa. Es todo. Lo demás, como sala, comedor, horno de microondas y hasta la tele, pueden esperar a que las cosas mejoren financieramente en la casa.

Lo digo por experiencia. Cuando mi esposo y yo nos casamos, no teníamos un quinto y nadábamos en las deudas de su vida de soltero. Decidimos que no queríamos muebles cuchos de “mientras” porque los mientras se convierten en tus muebles durante 15 años. Así que dormimos en la cama de soltero (dura) de mi esposo con la sala y el comedor completamente vacíos y algunos de mis muebles de soltera durante 3 años. Si 3 años!! con los ingresos inestables, las deudas fuertes simplemente no podíamos pagar muebles.

Se que no es la misma situación pero ambos ameritan tomar la misma decisión : Esperar a que se calmen los tiempos.

Este ejemplo lo pongo como muestra de que son las decisiones que tomamos, las que afectan nuestra vida financiera. Es cierto que no está padre vivir 3 años con la sala vacía, pero está menos padre pagar intereses y sentirse ahogado por las deudas, además del agua.

Mis mejores deseos a todas las personas afectadas por las inundaciones y a todos los que por una u otra causa nos vemos tentados a dar el tarjetazo.

Felices finanzas.

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